CORAZÓN / Gabriela Mateo / Miércoles 18 de agosto

Ola por ola
el mar lo sabe todo
pero se olvida.

Mario Benedetti


El corazón es comúnmente asociado en nuestra cultura con el lugar donde moran los sentimientos, las pasiones y particularmente el amor; no obstante en otras tradiciones se lo relaciona con el centro donde convergen intuición e inteligencia.
Para los hindúes, el corazón es la morada de Brahma y de manera similar en el Islam es asociado al trono de dios, siendo el punto de inserción del espíritu en la materia... lo esencial del hombre, oscilación reguladora situada dentro de un trozo de carne, así la tradición islámica reserva para el corazón el lugar de la espiritualidad, pues este manifiesta la presencia del espíritu en su doble aspecto, conocimiento y ser, órgano de la intuición y del develamiento; para el occidente cristiano el corazón contiene el Reino de Dios, representando el estado primordial y el lugar de la actividad divina.
Del estudio del cuerpo, sabemos que es el corazón el centro vital del ser humano pues es el motor encargado de dar ritmo a la circulación de la sangre.
Músculo musical de pulsos que agitan las olas.
El movimiento de sístole y diástole, le confiere una asociación simbólica con el movimiento dual de expansión y reabsorción del universo. Por ello el corazón es el origen de los ciclos del tiempo.

Respiración azul
vaivén que mece el mundo
desde el origen de los tiempos
espuma blanca contra la roca
incansable
ola sobre ola el corazón quiere ser mar
inagotable fluir.

La respiración simboliza la producción y reabsorción del universo, lo que en sánscrito se llama kalpa y pralaya, los movimiento centrípeto y centrífugo a partir de un centro, el corazón, por ello para los taoístas el corazón gobierna la respiración, las dos fases respiratorias son la abertura y el cierre de la puerta del cielo, respectivamente yang y ying.
Respirar es asimilarse al poder del aire, puesto que el aire es símbolo de lo espiritual.
Intenso y misterioso, como el mar inyecta su dinámica de la vida, todo sale de él y todo vuelve a él, lugar de los nacimientos, las transformaciones, el mar simboliza un estado transitorio, vaivén de incertidumbre, territorio de la duda; cientos de sacrificios ofrecieron los griegos a Poseidón, dios del mar.
Profundo vaivén de abrupto oleaje.
Mar fecundo que guardas secretos divinos, por él llegan los dioses a Irlanda y es la puerta de acceso al otro mundo; así los místicos relacionan el mar con el mundo y con el corazón, como morada de las pasiones, pero también lugar del nacimiento espiritual, pues la visión espiritual pende del ojo del corazón, yo he visto a mi señor con el ojo del corazón dice Al-Hallaj.
Mientras que el Corán también hace referencia al conocimiento por el corazón el corazón no desmiente lo que ha visto y no son sus ojos los que están ciegos, son sus corazones en sus pechos lo que están ciegos.
La escritura hieroglífica egipcia representa el corazón con un vaso, directa relación con la copa que guarda la sangre de Cristo, así el triangulo invertido es el cáliz, el símbolo del corazón. El Santo Grial cuentan los relatos bíblicos fue la copa usada por Cristo y sus discípulos en la Última Cena y se cree posee poderes milagrosos. Más adelante en el tiempo aparecen variadas versiones de esta copa, en particular una del siglo XII [De la obra de Robert Boron, José de Arimatea] relata que Jesús ya resucitado, se le aparece a José de Arimatea para hacerlo custodio del Grial y pedirle que lo lleve a la isla de Britania. Así, tomando esta tradición otros autores narran que José utilizó el Cáliz para guardar la sangre de Cristo y que más tarde en Britania crea una dinastía de guardianes que cuidan de él.
La historia del Santo Grial narra la historia del Verbo hecho hombre y Eucaristía; esta es signo de unidad, vínculo de caridad y Cena Sagrada en el que se recibe a Cristo y el alma se llena de gracia.

Según tradiciones orientales tanto hinduista como de ciertas cultura asiáticas, el cuerpo humano posee centros especiales donde se concentra la fuerza vital, estos lugares son denominados chacras, estos centros vitales controlan el funcionamiento de nuestro cuerpo y se hayan distribuidos en siete chacras principales que se corresponden con plexos nerviosos del sistema autónomo y que nos dan cualidades como la diplomacia, la compasión, la sabiduría y la creatividad.
Los siete chacras y su ubicación en el cuerpo
En el cuarto lugar, se localiza el chacra del corazón o Anahata, es dado este nombre porque la meditación en este centro permite escuchar los sonidos Anahata, un sonido de cualidades místicas.
Se relaciona con las funciones del corazón, con la glándula timo y con el sistema circulatorio. Su desequilibrio produce problemas circulatorios, cardíacos y respiratorios como puede ser asma. Desde este chacra parten nadis o tubos astrales hacia chacras menores situados en las palmas de las manos, que sirven para proyectar prana desde el centro cardíaco.
[Prana es una palabra sánscrita que hace referencia a lo vital, a la fuerza de las cosas vivas y a la energía vital en el proceso natural del universo.] Mas información: clic.
Su color predominante es el verde, aunque puede utilizarse también el rosado; símbolo de la armonía, la simpatía, la creatividad, la salud y la riqueza de la naturaleza. Su vibración apacigua y equilibra el sistema nervioso. Combinación del amarillo (el alma) y el azul (el espíritu), cuarto color del espectro, el verde es el puente entre los tres primeros colores, en relación con el plano físico, y los tres últimos que son los que pertenecen al plano espiritual.
El verde corresponde al centro mismo del espectro. Como en una melodía, su vibración se desplaza horizontalmente materializando de ese modo el espacio, mientras que la vibración del azul se desplaza verticalmente a imagen de la armonía, que representa la noción de tiempo. Por la dirección de su desplazamiento, el azul y el verde forman la cruz, símbolo de la vida.
La flor loto verde de doce pétalos o vórtices giratorios es su símbolo. Su elemento es el aire.
De variadas significaciones, el chacra del corazón en el plano de las emociones proyecta la unidad, el perdón, el amor, la aceptación de uno mismo, la sensibilidad, e intuición, la búsqueda de armonía dentro de una vida comunitaria. Por ello, una actividad propia del chacra del corazón es abrazar; el sentido del tacto, por medio de ese contacto somos concientes de lo que siente la persona que mora en el interior del otro cuerpo.
Un chacra sano produce una valoración de las cosas simples de la vida y la satisfacción con lo que se tiene.
Chacra del corazón particularidades
Color: Verde.
Significado: Intacto, “no golpeado o rozado”.
Elemento: Aire.
Localización: Corazón.
Verbo relacionado: Yo amo.
Manifestación externa: Gaseoso.
Órganos asociados: Corazón, pulmones, bronquios.
Glándulas: Timo.
Fisiología: Sistemas circulatorio e inmunológico.
Otras partes del cuerpo: Pulmones, corazón, pericardio, brazos, manos.
Emociones/aspecto psicoespiritual: Amor, depresión y soledad. Asuntos del corazón, amor incondicional, perdón, sabiduría del corazón. Puente entre lo material y lo divino.
Afecciones: Asma, hipertensión, dolencias cardíacas, enfermedades pulmonares.
Activación: Fomentar el amor incondicional, la compasión, comprensión, solidaridad.
Cristales y piedras: Todas las verdes y rosas. Cuarzo (verde y rosa), turmalina (verde, rosa, corazón de sandía), jaspe verde, kuncita (verde y rosa), crisoprasa, peridoto, olivino, venturina, amazonita, ágata musgosa…

Los tres primeros chacras son animales, los tres últimos son divinos, y entre los dos grupos está el cuarto, Anahata: el chacra del corazón, la flor de loto del corazón, el chacra del amor. Este es el puente. El amor es el puente entre lo animal y lo divino. Por debajo del corazón el ser humano es un animal; por encima del corazón se vuelve divino. El verdadero ser humano es el hombre que puede sentir, que puede amar, que puede rezar, llorar, reír, que puede compartir, que puede sentir compasión. La humanidad ha amanecido dentro de él, los primeros rayos del sol le han traspasado.
“Tampoco sabes hacia dónde vas, criatura; no lo sabrás nunca. Sólo sabes que detrás de todo ese doloroso suspenso te espera el mar. Te han dicho que el mar no cesa, que las olas son las mismas desde el comienzo del mundo, que avanza y retrocede, tanto al avanzar como al retroceder. Engañoso, ¿no? ¿será así todo lo desconocido?...” Olga Orozco, de También la luz es un abismo.

Los Tukanos, tribu de la cuenca del Amazonas, utilizan solo una palabra, la misma, para designar corazón, alma o pulso.

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