PENSAMIENTO / Fernanda Tramontani – Gabriela Mateo / Miércoles 17 de noviembre


Pensamiento como creación, como creación propia situada en tiempo y espacio.
Pensamiento como juego y juego parte de la creación.
Pensamiento como crítica a modelos impuestos, a conceptualizaciones angostas.
Pensamiento palabra, murmullo, poesía.
Pensamiento libre intuitivo, fresco, andrógino, poli-drógino.

El pensamiento es intrínseco a la actividad humana, anterior a la escritura y la palabra, este ya esboza imágenes, relaciones y hallazgos en nuestros primeros años de vida.

Como meditación de temas diversos, nos centraremos en ciertas cuestiones que nos competen respecto del pensamiento y el arte; a modo de ir redondeando temas ya tratados en este ciclo en las primeras semanas del año encargadas de discurrir sobre mitogramas y en particular mitogramas propios de culturas precolombinas; abordaremos algunas reflexiones sobre el pensamiento latinoamericano del arte; como un pensamiento “otro”, del hegemónico eurocentrista; para ello tomaremos a Rodolfo Kush y algunos conceptos de Oswal de Andrade.

Así mismo daremos rienda suelta a la imaginación como otro de los componentes del pensamiento y saltaremos fuera de los márgenes del pensamiento lógico, racional, ordenado y sistematizado; el pensamiento lateral.

Lo monstruoso americano surge de la experiencia y el contacto, del dominio geográfico de estas tierras. Es aquello que el indio utiliza y enfrenta pasivamente contra las estructuras de la ciudad. Es aquello también que aterró a los primeros europeos que se instalaron en Latinoamérica.

El proceso creativo conlleva de alguna manera una solución para el aspecto fallido de la existencia donde se oponen instinto y razón, individuo y sociedad. Aparece lo tenebrosamente vital asociado a lo indígena y a la tierra, en contraste con la ciudad y las formas preestablecidas. Si bien lo indígena ha muerto, vuelve como reminiscencia de lo relegado, lo monstruoso, desbordado en fuerza y potencia, manifiesta una estrecha relación entre lo humano y lo natural.

De este modo el arte indígena habla desde el espanto que produce lo impredecible del espacio inhumano, la posibilidad de la muerte que acecha a cada paso. En esta línea el arte se asimila como una cuestión de vida, arraigados a la tierra, siendo parte de ella conjugan armónicamente la dualidad hombre-espacio, lo cual puede observarse en los estudios de los indios chortis en una zona de frontera entre Guatemala y Honduras, allí la creación de mitos en relación al cultivo del maíz provee los elementos para superar la tensión entre hombre y especialidad. Caso similar a la organización agraria Incaica o maya donde desde lo colectivo se provee una economía de amparo.

En la historia del arte americano hay una suerte de reemplazo inacabado del arte mágico representado por el espacio–cosa hacia un arte del espacio vacío. El reemplazo de las formas mágico geométricas arcaicas que respondían a un período de estabilización social por las formas del dominio occidental. Acontece así la modificación de un arte “defensivo y comprometido del indígena por el arte ofensivo y neutro de la cultura europea. Sin embargo, la imposición de estas formas occidentales de dominio sobre suelo americano se dan, sin un sustrato real, ambiental y social, que es justamente el europeo; por lo cual esta falta de respaldo provoca aquí la pregunta del por qué de toda actividad.

Tenemos entonces que en lugar del mundo inhumano de la naturaleza se creó un mundo humano y técnicamente dominable. Suspendido en una concepción europea del ser, dinámica y cultural donde prima el ideal de progreso y ascenso en la escala social, inserto en una cultura de lo móvil, lo que circula sobre un espacio vacío, donde todo se puede trasladar y no hay arraigo, aún así, la experiencia del estar de los pueblos de América, reprimidos por lo europeo, en ciertos momentos tiende a brotar generando una nueva síntesis o fagocitación, ocurrida de la conjunción de estas modalidades del ser y del estar desde las épocas del descubrimiento. La fagocitación consiste en absorber las pulcras cosas de occidente por las cosas de América, para reintegrar lo humano en estas tierras. Aprender el lenguaje de Prospero ya no solo para maldecir, sino para crear algo nuevo.

Pensar es una incomprensible insistencia,
algo así como alargar el perfume de la rosa
o perforar agujeros de luz
en un costado de tiniebla.

Y es también trasbordar algo
en insensata maniobra
desde un barco inconmoviblemente hundido
a una navegación sin barco.

Pensar es insistir
en una soledad sin retorno.*

* Roberto Juarroz, Poesía Vertical.

Otro autor que retoma y elabora una mirada crítica sobre la fagocitación ha sido el escritor y poeta brasilero Oswal de Andrade, en su texto Manifiesto antropófago dará un giro al concepto eurocéntrico y negativo de antropofagia, entendido comúnmente desde una carácter negativo, bestial y asociado a prácticas caníbales; lo reinterpretará como una metáfora de un proceso crítico de formación de la cultura brasileña.

Entonces, si para el europeo civilizado el hombre americano era salvaje, es decir, inferior porque practicaba el canibalismo, en la visión positiva e innovadora de Andrade, justamente nuestra índole caníbal permitiría, en la esfera de la cultura, la asimilación crítica de las ideas y modelos europeos. Como antropófagos somos capaces de digerir las formas importadas para producir algo genuinamente nacional, sin caer en la antigua relación modelo/copia que dominó una parcela del arte del periodo colonial y el arte académico brasileño de los siglos XIX y XX. "Solo interesa lo que no es mío. Ley del hombre. Ley del antropófago", clamó el autor en 1928.

Este pensamiento se entronca con el movimiento Modernista de la Semana del 22, celebrada entre el 13 y 18 de Febrero de 1922 como conmemoración al Bicentenario del Brasil, en esa oportunidad se realizaron diferentes propuestas artísticas, desde la música, la plástica y la escritura; todas las artes se unieron en un propuesta que se caracterizó por una doble inspiración, por un lado actualizar el ambiente artístico brasileño poniéndolo en contacto con los diversos lenguajes de las vanguardias europeas y, a sí mismo, mirar hacia el interior del Brasil, en un proyecto consciente de creación de un arte brasileño autónomo. Una propuesta de equilibrio entre las dos inclinaciones (internacionalista y nacionalista) ya se encuentra en el centro del Manifesto Pau-Brasil [Manifiesto Palo Brasil], 1924, de Oswald de Andrade, en el que el autor resuelve el problema de la tensión entre la cultura civilizada e intelectual del colonizador y la nativa y primitiva del colonizado, mediante un "acuerdo armonioso que se produciría en la realidad gracias a un proceso de asimilación espontánea entre 'la selva y la escuela'.

Desde otro de los márgenes del pensamiento, abordaremos ahora el pensamiento Lateral.

Nuestro cerebro usualmente enfrenta los problemas desde el lado racional, fundamentamos nuestras respuestas situados, con una base histórica y con un enfoque plenamente lógico; sin embargo en ciertos casos es pertinente abordar soluciones desde una óptica lateral.

El término pensamiento lateral fue acuñado por Edward de Bono en 1967, para diferenciarlo del pensamiento lógico, que es fundamentalmente hipotético y deductivo.

Los problemas del pensamiento lateral son situaciones extrañas para nuestro cerebro, el cual actúa liberando a la mente del efecto polarizador de las viejas ideas, estimulando las nuevas mediante el ingenio, la astucia y creatividad.

A modo de ejemplo, se presentaron problemas/acertijos de pensamiento lateral, para que sean tratados por los concurrentes del taller, de los que transcribimos solo dos ejemplos:
Primer acertijo: Si un hombre hace un agujero en 1 hora y 2 hombres hacen 2 agujeros en dos horas. ¿Cuánto tardará un hombre en hacer medio agujero?
Las respuestas de ambos grupos fue: media hora.
La respuesta adecuada es que los medios agujeros no existen, un agujero por más pequeño que sea ya es un agujero.
Segundo acertijo: ¿cuál es el animal que tiene los pies en la cabeza?
Un grupo dijo el caracol.
El segundo grupo pensó que se trataba de los piojos, y acertó.

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