IMAGINACIÓN / Agustina Martinez Picabia / Miércoles 10 de noviembre

Para introducirnos en el tema de la imaginación: se entregó esta foto a cada uno de los participantes en un sobre cerrado, induciéndolos a creer que cada uno tenía una imagen diferente y al dorso debían escribir sus impresiones. Por ejemplo, en qué situación estaba esta niña, qué estaría pasando por su mente, qué sentimientos inspiraba… lo que se les ocurriera.

Como era de esperar, no hubo interpretaciones similares, ni siquiera se parecían demasiado, lo que entre otras cosas, nos permite afirmar que la imaginación está absolutamente ligada a nuestras experiencias pasadas.


Se llama imaginación a aquella facultad de la mente que nos permite representar en nuestras mentes las imágenes de las cosas reales como de las ideales. La imaginación consiste en un ejercicio de abstracción de la realidad actual y en ese supuesto es donde mayormente se darán las soluciones a necesidades, deseos, preferencias, entre otras cuestiones. Las soluciones serán de acuerdo a las posibilidades que tiene lo imaginado, por eso es determinante en la comprensión de la vida.

Si lo imaginado es asequible, será una inferencia, pero si es una especie imposible, se lo llamará fantasía.

Imaginamos es cada acto de nuestras vidas: vemos un par de zapatos y nos imaginamos con ellos puestos, tenemos hambre e imaginamos el momento de comer ni tampoco imaginaremos que un conejito blanco y peludo pincha, o que es áspero.

Usamos la experiencia para imaginar situaciones futuras y presentes. La evocación imaginativa es tan poderosa que puede generar cambios físicos. Imaginar una situación dolorosa puede producir lágrimas.

Se puede hablar de varios tipos de imaginación, y las voy a relacionar con el dibujo:

Reproductiva: (cuando tratamos de reproducir algo de la realidad, tal cual es).

Transformativa: (cuando deliberadamente modificamos algo de la realidad para hacer nuestra propia interpretación).

Fantástica: (cuando dibujamos algo que no tiene nada que ver con lo que estamos viendo, pero nos trajo a la mente recuerdos o imágenes de otras situaciones anteriores).

EN LOS NIÑOS

“Cajas de zapatos vacías, princesas, dragones, bolitas, juguetes desvencijados. Dejad al niño tranquilo! No está solo, está con su imaginación.”

Goethe: los niños pueden hacer TODO de TODO. La imaginación es la precursora de la razón.

En Los niños predomina la imaginación fantástica, lo vemos en sus relatos, dibujos, sueños y juegos. En el adulto la imaginación fantástica tiende a desaparecer, no sale naturalmente, en tal caso tenemos que “hacer el ejercicio” de imaginar, sino estaríamos viviendo casi en una irrealidad.

Los niños son libres, no hay en sus pensamientos tabúes, ni moral ni límites y la realidad está muy cerca de su mundo imaginario.

El mundo de la fantasía es el mundo de la libertad, es un mundo que amplia los horizontes y permite evadir la realidad evidente, y transportarse a otros lugares del pasado o del futuro.

La imaginación en este caso cumple una función. El tiene un objetivo que es perder la timidez y utiliza una estrategia “imaginaria” y vence esa traba. Los adultos ya no podemos utilizar ese mecanismo, por más que imaginemos ser Afrodita o Napoléon, nada vamos a modificar.

John Lennon (en Imagine) dice que la imaginación tiene la capacidad de dar forma a la realidad, y Pascal decía que es una “maestra astuta” a la que hay que domar para que preste buenos servicios.

La fe es imaginación, de un futuro mejor, como lo escribió Lennon. Una persona encarcelada, o que la están torturando o que está enferma vive porque se imagina que todo se va a modificar en el futuro. En su “experiencia” está esa posibilidad, porque vio a otros sobrevivir en situaciones similares.

En el caso del bebé que no tiene esa experiencia previa, generalmente tiende a morir, aunque existe el instinto de supervivencia, no puede luchar todo el tiempo, pierde su fe, no conoce que puede haber un futuro mejor. El ejemplo son los niños que mueren de marasmo, ellos luchan pero no resisten lo que podrían resistir de adultos. Entonces llegamos a la conclusión de que verdaderamente no se puede imaginar lo que no se conoce.

Por lo que la experiencia enriquece la imaginación y no al revés

Aristóteles dice que nuestra imaginación es el resultado de materiales acumulados en la memoria y que ella no puede producir nuevos materiales, sino que combina los de la percepción y el conocimiento y los elabora o simplifica..

Hay una teoría que dice que la imaginación en los niños es pobre y ahí van las siguientes frases con la finalidad de generarnos algunas preguntas:

En cuanto a la imaginación de los artistas, se las puede clasificar en objetiva o subjetiva. Subjetivas son las formas de actividad imaginativa en las que predomina lo que el imaginador siente en su intimidad o bien, son imágenes objetivas, cuando expresa lo que todos ven, porque se da en la realidad exterior y a él le impresiona de una manera más profunda.

Existe una gran diferencia entre los juegos de los niños y el de los mayores. El niño se identifica con sus propios juegos creando los objetos y los personajes.

Sus intereses son mas simples, mas elementales, y su actitud hacia el medio ambiente carece de la complejidad, de la precisión y de la variedad que caracterizan la conducta del adulto, todo lo cual constituye los factores básicos determinantes de la función imaginativa. La imaginación del niño, como se deduce claramente de esto, no es más rica, sino más pobre que la del adulto, en el proceso de crecimiento del niño se desarrolla también su imaginación, que alcanza su madurez solo en la edad adulta.

En los niños la imaginación es fantástica ya que en su corta vida tienen muy pocas experiencias de vida, y la imaginación está a flor de piel y es parte de sus vidas, el límite entre la fantasía y la realidad es mínimo.

Con los años, adquirimos experiencia, hechos vividos, compartidos con otros, emociones más complejas, con todo eso formamos y gozamos de nuestra imaginación, la vida misma la va nutriendo.

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