LENGUA / Virginia Jones / Miércoles 8 de septiembre

(Con los ojos cerrados, mientras se lee el texto que se reproduce a continuacuón, los participantes prueban algunos sabores.)

La lengua, ayuda a la masticación, la deglución y distingue los sabores. Es el órgano del gusto, es decir del discernimiento. Separa lo que es bueno de lo que es malo: zanja. De ahí que se allegue la lengua al complejo simbólico del látigo, cuchillo, navaja.

Al degustar y saborear (no sólo comida o bebidas), participa también del sentido del tacto.

(Contiúna con los ojos cerrados pero ahora además escuchamos música, cuya letra se relaciona con el tema.)

La lengua: articula la palabras. Nos permite hablar. Lengua es sinónimo de idioma en español (lengua), en portugués (lingua), en inglés (tongue), en francés (langue), en italiano (lingua).

Como órgano de la palabra, se considera creadora del verbo, cargada de poder fecundador.

Para los bambara, extendido grupo étnico del oeste africano, la lengua con la pierna, nariz y sexo, es uno de los cuatro órganos de los que depende la buena marcha del cuerpo social. Órgano de la palabra, es la creadora del verbo, cargada de poder fecundador lo mismo que la lluvia, la sangre, el semen, la saliva, que es vehículo del verbo.

Saber controlar la lengua significa tanto para los bambara como para los europeos haber alcanzado la edad del hombre, es decir ser un hombre dueño de sí mismo. Por esta razón en sus ritos de iniciación los penitentes se fustigan esforzándose en permanecer impasibles con látigos que llaman lenguas.

También en la tradición cristiana, el control de la lengua tiene que ver con el control de sí mismo. Un ejemplo se lee en la Carta de Santiago 3, 1-11: “Si alguien no falta con palabras es un hombre perfecto, porque es capaz de dominar toda su persona”.

Cuando ponemos un freno en la boca de los caballos para que nos obedezcan, dominamos todo su cuerpo. Lo mismo sucede con los barcos: por grandes que sean y a pesar de la violencia de los vientos, mediante un pequeño timón, son dirigidos adonde quiere ir el piloto.

De la misma manera, la lengua es un miembro pequeño, y sin embargo, puede jactarse de hacer grandes cosas. Miren como una pequeña llama basta para incendiar un gran bosque.

También la lengua es un fuego: es un mundo de maldad puesto en nuestros miembros, que contamina todo el cuerpo, y encendida por el mismo infierno, hace arder todo el ciclo de la vida humana. Animales salvajes y pájaros, reptiles y peces de toda clase, han sido dominados por el hombre. Por el contrario, nadie puede dominar la lengua, que es un flagelo siempre activo y venenoso.

(Los participantes abren sus ojos y en la mesa, en torno a la cual estan sentados, lucen cuatro velas encendidas.)

Podemos considerar a la lengua como si fuera una llama, pues la llama tiene la forma y la movilidad de una lengua. Destruye o purifica. En cuanto instrumento de la palabra crea o aniquila y su poder no tiene límite.

(Cita a Erenst Fischer, a propósito del surgimiento de la lengua-idioma.)

La llama en todas las tradiciones, es un símbolo de purificación, de iluminación y de amor espirituales. Es la imagen del espíritu y la transcendía, el alma del fuego. En su sentido peyorativo y nocturno, llama pervertida, es la chispa de la discordia, el soplo ardiente de la revuelta, el tizón devorador de la envidia, la brasa consumidora de la lujuria, la explosión mortal de la granada.

La lengua de Dios se compara al fuego devorador (Isaías 30: 27) símbolo de su poder y justicia y a la vez fiel de la balanza que juzga. Y al Espíritu Santo de lo simboliza como lenguas de fuego, considerando su aspecto como fuerza lumínica. Cuando un beneficiario recibe el don de lenguas, el Espíritu Santo le permite expresarse en los lenguajes más diversos.

La lengua puede proferir palabras justas o perversas “El poderío de la lengua es tan total que la muerte y la vida pertenecen a su poder”. (Proverbios 18: 21)

En la Aggada se habla de la mala lengua que es una de las cuatro plagas que causan la perversión del mundo. Ahí, la mala lengua genera una calumnia y a esto se lo consideraba una falta grave. El calumniador era un criminal.

Un antigüo cuento de derviches sobre las consecuencias de las calumnias: ...había una vez un hombre que calumnió a un amigo suyo, y todo por la envidia que le tuvo al ver el éxito que había alcanzado. Al tiempo, sus calumnias provocaron la ruina de su amigo y entonces, arrepentido consultó a un sabio, a quien le dijo: "Quiero arreglar todo lo que hice ¿como puedo hacerlo?"

El derviche le respondió: "Tomá una bolsa llena de plumas pequeñas y suelta una donde quiera que vayas". Contento por aparentemente tan fácil solución tomó el saco lleno de plumas y en el cabo de un día las había soltado todas.

Volvió, y satisfecho le dijo al sabio: "Ya he terminado, dijo, fue fácil".

“Tienes razón” contestó el maestro, "esa era la parte fácil. Ahora debes hacer la otra parte, volver a llenar la bolsa con las mismas plumas que soltaste. Anda a la calle y búscalas".

El arrepentido volvió a entristecerse, pues sabía lo que eso significaba. Un fracaso, no pudo conseguir mas que unas pocas, de manera que al volver debió escuchar la sentencia: "Así como no pudiste juntar de nuevo las plumas que volaron con el viento, así mismo el mal que hiciste voló de boca en boca y el daño ya está hecho. Lo único que puedes hacer es pedirle perdón a tu amigo, pues no hay forma de modificar lo que hiciste".

Y en sintonía con esto, en referencia al poder de la palabra, Goebbels, jefe de propaganda del régimen nazi, editaba una revista satírica ilustrada Der Flammenwerfer (El lanzallamas). Con sus palabras e ilustraciones incendiaba los ánimos de la época. Del principio de orquestación aplicado por Goebbels a la propaganda, proviene la famosa frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”. Miente, miente que algo quedará.

(Ahora los participantes escuchan música de los Rollings Stons.)

La famosa lengua de los Stones, se asocia directamente al rock & roll. Sexo, droga y rock and roll. El diseño original de ese isotipo, fue adquirido en una subasta por el museo londinense Victoria & Albert. Una de las responsables de ese museo, definió a esa lengua como “el logotipo de rock más famoso del mundo”.

Su autoría se atribuyó durante muchísimo tiempo a Andy Warhol, pero realmente su creador es John Pasche.

A principios de los años 70 The Rolling Stones estaban trabajando en la preparación de su nuevo disco ‘Sticky Fingers’. En la funda interior del disco por primera vez se utilizó un nuevo logo, la lengua, cuyo diseño fue encargado por Mick Jagger a un joven artista llamado John Pasche. Le pagó por ese trabajo la cantidad de 50 Libras esterlinas (al cambio unos 74 euros actuales).

Pero para el diseño de su portada se contó con la colaboración de uno de los artistas de arte más innovadores e importantes de ese tiempo, el neoyorquino Andy Warhol, el cual diseñó una portada en la que destacan unos vaqueros a los que se le puede bajar la cremallera dejando entrever un paquete que carga a la derecha. Se podría asociar fácilmente, a la tapa del sticky fingers, con el sexo oral, donde la lengua pasa a participar el sentido del tacto.

En España debido a la censura que había a principios de la década de los 70, se decidió no publicar el disco con la portada original de Warhol. Fue sustituida por otra en la que salían de un tarro de mermelada unos (sticky fingers) dedos pegajosos, literales.

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